En trance Vida y obra del Nostradamus criollo, según el especialista Leo Scheffer.
Parravicini vivía en Buenos Aires pero, como todo profeta, se dejó llevar por su intuición. Su obra, La idea fija, debía donarla al Museo Municipal de Santa Fe Sor Josefa Díaz y Clucellas. Así las cosas, era el año 1945 cuando Benjamín Solari Parravicini tomó su obra y emprendió camino a la ciudad de Santa Fe. Desconocido para el relato hegemónico de nuestra historia del arte, sus obras fueron expuestas con éxito en Europa, donde el Rey de Bélgica llegó a adquirirle pinturas y también el ex presidente argentino Marcelo T. de Alvear. Primo de Xul Solar, se cuenta que su padre, un reconocido psiquiatra, lo hizo atender de niño por los relatos que hacía el futuro artista de su comunicación con los ángeles y demás situaciones paranormales. Pero los resultados dieron que su salud mental gozaba de un óptimo estado.
Suerte de Nostradamus criollo, Solari Parravicini solía tener estados de trance en los que bocetaba imágenes que acompañaa de frases sueltas. Según recuerda Pedro Romaniuk, alumno del artista, "siempre se tomaba su copita de jerez, rezaba varios padrenuestros y avemarías y después los ojos se le daban vuelta para arriba y comenzaba a hablar con voz pausada y gruesa". Cada uno de sus dibujos fue denominado por el mismo artista como psicografía y en ellos plasmaban importantes situaciones futuras que viviría la humanidad. Entre las más de 700 psicografías realizadas, una de las más renombradas es la que muestra la caída de las Torres Gemelas. Junto a la imagen, escribió: "La libertad de Norteamérica perderá su luz, su antorcha no alumbrará como ayer y el monumento será atacado dos veces". Antes de morir, el padre de Parravicini le describe la imagen donde se veía llegar, lo que fue traducido en una de sus tantas obras.
Revista Viva, Domingo 24 de Octubre de 2010